Alfonso Alfaro se une al "linaje" jesuita

Natalia Barragán

Como una experiencia que le produjo "vértigo" fue como Alfonso Alfaro Barreto describió lo que vivió el miércoles 14 de marzo por la noche: el historiador, antropólogo e investigador recibió la investidura como Doctor Honoris Causa por parte del Sistema Universitario Jesuita (SUJ), en una ceremonia en el Auditorio Pedro Arrupe, SJ, del ITESO, presidida por el rector Juan Luis Orozco Hernández, SJ.

Así, el director del Instituto de Investigaciones Artes de México se une de forma honoraria al claustro de doctores del SUJ, integrado por miembros de las universidades Iberoamericana campus Ciudad de México, León, Puebla, Tijuana, Torreón y Loyola del Pacífico, así como el Instituto Superior Intercultural Ayuuk Mixe en Oaxaca. Al menos un centenar de ellos acompañó Alfaro Barreto durante su primera lección.

"Me veo de pronto emparentado con una de las más brillantes estirpes intelectuales de las que puede enorgullecerse nuestra civilización. Los miembros del claustro académico jesuítico, un linaje que pronto cumplirá medio milenio, no sólo han hecho contribuciones invaluables al desarrollo del pensamiento, las ciencias y creación artística, son numerosos en él los personajes de admirable talla humana", dijo durante su disertación el también maestro en Estudios Sociales y doctor en Etnología por la Universidad de París, en Francia.

Previo a su lección, Alfaro Barreto destacó los valores humanos de la tradición académica jesuítica, así como la labor de la Compañía de Jesús en la construcción de la nación mexicana y del pensamiento cultural y artístico. Además, manifestó su "desbordante gratitud" por la invitación a unirse a "este linaje" y ofreció su trabajo futuro para demostrarlo.

Tras recibir un diploma y una medalla que lo acredita como Doctor Honoris Causa, Alfaro Barreto ofreció su primera lección en la que habló de la "zozobra" y el "desazón" que invaden a muchos mexicanos ante la situación económica y de violencia en el país. Al abordar la necesidad de un nuevo modelo que nos lleve a convertirnos en un país con "conocimiento profundo de la tierra y del mundo, imaginación, entereza y osadía", hizo un repaso de la historia, de la influencia de los jesuitas y de los artistas revolucionarios en la construcción de la nación.

"Mientras haya en este país poblaciones necesitadas no sólo de trabajo, sino también de arraigo, sentido de pertenencia y protección, y la economía formal y las instituciones no sean capaces de ofrecérselas, habrá personalidades carismáticas y tribus que ocuparán esas funciones desde los márgenes de la demagogia, la ilegalidad o el crimen".

Ante esto, dijo, se requiere la consolidación de las instituciones, mayor participación ciudadana, un sector empresarial renovado con una concepción distinta de la productividad, así como la revitalización de las redes de solidaridad y afectos. Y agregó: "[se requiere también] una sociedad que haya comprendido que será verdaderamente próspera el día que acepte […] que su principal cometido es propiciar el despliegue de la inmensa energía que se acumula vibrante  en su desarticulada fuerza de trabajo".

Durante su intervención, el rector Juan Luis Orozco, SJ destacó la labor de Alfaro Barreto en la producción del pensamiento en las letras, las artes y el conocimiento social; su constante servicio a los demás con generosidad, su entrega e incondicionalidad.

"Alfonso es guiado en su trabajo diario y en cada escrito que nos regala por esa inteligencia que no se detiene en ningún lugar y que siempre se encuentra en camino. Es algo que ciertamente desconcierta porque Alfonso encarna en sí mismo y en sus esfuerzos un territorio sin fronteras que trasciende el espíritu crítico. Él nunca está en contra de lo que ofrece el mundo, ya que en todo encuentra la presencia entrañable del otro, sobre todo del diferente y también del que necesita ayuda  para comprender y conocer mejor el universo que le rodea".

Alfonso Alfaro es antropólogo, historiador e investigador; se ha distinguido en los campos de las artes, las letras y el conocimiento social; es director del Instituto de Investigaciones Artes de México desde 1998. Además, ha sido profesor invitado en universidades y colegios de México y París, Francia; autor decenas de ensayos y publicaciones sobre temas históricos, estéticos y literarios, así como curador de exposiciones de arte.

El SUJ ha otorgado esta distinción ocasiones anteriores al cardenal Roger Etchegaray (2002), al doctor Efraín González Luna Morfín (2002), al doctor Miguel León-Portilla (2002); a Su Santidad Tenzin Gyatzo, decimocuarto Dalai Lama del Tíbet (2004); al obispo Samuel Ruiz García (2005), y al doctor Carlos Muñoz Izquierdo (2010).

El video de la ceremonia se puede ver en https://youtu.be/GDavfeqIx10.