La ciudad que se quedó varada en el tráfico
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La ciudad que se quedó varada en el tráfico
Más de tres millones de automóviles circulan en Guadalajara y cada vez son más, con los problemas de movilidad, contaminación o calidad de vida que conlleva este aumento. En el Día Mundial Sin Coche, un especialista del ITESO evalúa este panorama y propone algunas soluciones.
Andrés Gallegos
La dependencia del Área Metropolitana de Guadalajara (AMG) del uso del coche se incrementó de forma dramática en los últimos 15 años. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), de 2010 a 2024 el parque vehicular en Jalisco aumentó 78.3 por ciento y la entidad acumula hoy poco más de 4.9 millones de automóviles: tres millones 115 mil (63.5 por ciento del total) circulan en la metrópoli más importante de la entidad.
En el contexto del Día Mundial sin Coche (22 de septiembre), el aumento del parque vehicular en la ciudad se acompaña de varios problemas relacionados que demandan soluciones si se pretende avanzar hacia una movilidad alternativa que no dependa de los automotores: un deficiente servicio de transporte público, mayor saturación de las vialidades, contaminación del aire, pérdida de espacios públicos, inseguridad vial o una planificación urbana centrada en el coche en lugar de las personas. Así lo analiza Yeriel Salcedo, académico del Centro Universitario de Incidencia Social (Coincide) del ITESO y especialista en movilidad urbana no motorizada.
“A pesar de los avances que se han hecho en los últimos años, el aumento del parque vehicular no se detiene y esto es preocupante”, manifiesta. “Estamos en un punto en que la ciudad tiene que cuestionarse fuertemente a qué (tipo de movilidad) le va a apostar”.
El mayor conflicto que genera la dependencia de los vehículos en el AMG es la calidad del servicio de transporte público, que obliga a muchas personas a hacer más de seis transbordos al día y no brinda rutas en varias colonias de la ciudad.
“Los camiones no cumplen con sus rutas o derroteros, o vienen muy llenos y no se pueden subir (las personas), entonces la gente trata de evitar estas cosas y usa el coche”, afirma Salcedo. "También hay colonias que no tienen transporte público, el gobierno (de Jalisco) ha facilitado el uso del coche al no ofrecer el servicio y las personas adquieren un coche para moverse de casa. Un ejemplo son los cotos cercanos a la avenida López Mateos, que hacen que la gente dependa 100 por ciento de este tipo de movilidad”.
La acumulación de vehículos en la Perla Tapatía también deriva en el deterioro del aire que respiran los ciudadanos, haciendo cada vez menos efectivos los programas de reducción de emisiones como la verificación.
“Los vehículos, aunque estén afinados o nuevos y puedan generar menos contaminantes que los que están viejitos, al final todos generan gases contaminantes, y al ir creciendo el parque motorizado, aumenta la contaminación del aire”, explica Salcedo Torres.
Otro problema es el incremento de la inseguridad vial: al haber más coches en la ciudad, las calles y avenidas se colapsan y hay más riesgos de accidentes y muertes. Además, la gente de a pie pierde espacios públicos (parques, arbolado), con el consiguiente deterioro de su calidad de vida.
"Al darles más espacio a los coches y exprimir más las vialidades, o al generar más estacionamientos, perdemos espacios arbolados y económicamente hay una mayor dependencia de los combustibles, que a su vez siguen aumentando sus precios”.
Hacia un nuevo modelo sin coches
La construcción de un segundo piso en la avenida Adolfo López Mateos, propuesta que ha ganado peso mediático en las últimas semanas, no es más que la repetición de un modelo de movilidad centrado en el automóvil, que además no solucionará los problemas de tráfico en esta zona.
El objetivo debería ser abandonar un modelo de movilidad centrado en el coche, instaurado desde hace décadas en el AMG, para apostar por mejores sistemas de transporte alternativo, especialmente los centrados en el transporte público y la bicicleta. Así se alentará a la población a tener un uso más racional y menos frecuente del auto.
“Se sigue apostando e invirtiendo sumas de dinero impresionantes en obras centradas en el uso del coche, cuando en el AMG menos de la mitad de las personas tienen uno”, enfatiza Salcedo, quien llamó a los propietarios de vehículos a considerar alternativas como el uso del coche compartido o los “aventones” para reducir la saturación de las vialidades tapatías.
Para que la transición hacia un modelo de movilidad alternativo tenga éxito, Yeriel Salcedo afirma que se debe continuar presionando al Gobierno estatal para que brinde una infraestructura eficiente: crecer el sistema de bici pública, conectar las ciclovías con el sistema de transporte público, mayor seguridad pública para los ciclistas, banquetas más accesibles y cuidadas para los peatones, o paraderos de camión más seguros y acondicionados.
“Hay avances. Hace 18 años no se tenían ciclovías, hoy tenemos más de 200 kilómetros. Tenemos el segundo sistema de bici pública más grande del país. Pero falta mucho más”, dice. “Hay que exigirle al Gobierno que invierta en transporte público masivo y convencional, y que el servicio sea lo más eficiente, seguro y accesible posible. Debemos tener esta alternativa”.
Además del llamado a la administración pública estatal, Yeriel Salcedo llama a los tapatíos a trabajar hacia un cambio de cultura que implique abandonar el individualismo y el privilegio de tener un coche, para practicar una movilidad más colectiva.
“Se nos ha posicionado la idea de que tener coche nos da un cierto estatus y buscamos tenerlo para poder sentir que estamos realizándonos y ser alguien”, declara. “Es más cómodo subir y bajar del coche para ir de la casa al trabajo y viceversa, es una percepción que no queremos dejar”.
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