La perspectiva de género consiste en "poner el piso parejo"

Adriana López-Acosta

Adolfo Ruiz Cortines, ex presidente de México, prometió durante su campaña que las mujeres tendrían derecho a votar y ser votadas. Como presidente, en 1953, presentó la iniciativa y reforma constitucional donde se reconocía de manera expresa el voto para las mujeres.

Ruiz Cortines también quiso nombrar a una mujer ministra de la Suprema Corte de la Justicia de la Nación (SCJN). Algunos ministros le advirtieron que, de elegir a una mujer, ellos renunciarían en pleno.

Fue en 1961 cuando Adolfo López Mateos, siendo presidente de México, designó a la primera mujer ministra de la Cuarta Sala de la SCJN, Cristina Salmorán de Tamayo, quien también fue presidenta de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje y jurista en materia laboral muy reconocida.

A partir de ese hecho, "empezaron a surgir una serie de bromas y situaciones que se daban en relación con la nueva ministra", contó Margarita Beatriz Luna Ramos, ministra de la SCJN, quien agregó que eran producto de una cultura que debe cambiar, a la par de las legislaturas, para igualar las condiciones entre hombres y mujeres.

Durante su participación en la conferencia "Justicia con perspectiva de género. Avances y experiencias de la Suprema Corte de Justicia de la Nación", llevada a cabo el pasado viernes 12 de enero en el ITESO, Luna explicó que la perspectiva de género se refiere a un problema de carácter cultural, ya que "en la Sierra Tarahumara o en la Ciudad de México (su significado) varía dependiendo del tipo de ciudad y del tiempo en el que está la sociedad o la cultura de cada país".

En la actividad, que formó parte del Encuentro de Innovación Jurídica, la ministra indicó que todavía hay camino que recorrer en la perspectiva de género en varios aspectos, entre ellos en materia de legislación.

"Ser proveedor se fue tecnificando, con la oportunidad de que los varones accedieran a una educación diferente mientras que a las mujeres se les relegó a actividades domésticas ‘propias de su sexo': cocinar, pintar o cantar, pero no estaba bien visto ir a una universidad. Cuando hubo carreras destinadas al sexo femenino, estas eran para ser maestras de escuela primaria, y asistían a escuelas para educadoras mientras se casaban".

La Segunda Guerra Mundial permitió, a falta de hombres en las sociedades por estar en el frente, que las mujeres salieran a trabajar y realizar actividades con las cuales demostraron que intelectualmente tienen la capacidad de realizar otros roles.

El 18 de diciembre de 1979, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, que entró en vigor como tratado internacional el 3 de septiembre de 1981 tras su ratificación por 20 países, entre ellos México.

Legislar con perspectiva de género, explicó Luna, no es otorgar preferencia entre hombres o mujeres, sino "poner el piso parejo entre ambos, para que las condiciones de igualdad se puedan dar siempre".

Angélica del Monte de Alba, presidenta de la sociedad de alumnos de la Licenciatura en Derecho del ITESO, comentó que "la inequidad entre hombres y mujeres trunca el desarrollo de cualquier país".

Guillermo Cambero Quezada, profesor del ITESO e integrante de la Asociación Nacional de Abogados de Empresa (Anade) Sección Jalisco, dijo que "aún faltan cosas por hacer, ciertas áreas que cosechar y seguir avanzando, pero los cambios se van dando. Y el encuentro funge como un lugar donde han podido converger estas ideas". 

El Encuentro de Innovación Jurídica es coorganizado por la Licenciatura en Derecho del ITESO; la Barra Mexicana Colegio de Abogados, Capítulo Jalisco; la Anade Jalisco y el Colegio de Abogados de Jalisco Constituyente Luis Manuel Rojas.